martes, 1 de septiembre de 2009

Y...


Aún cuando rechazaras
mis letras
indecentemente amorosas
Escritas y surgidas
de un corazón coagulado
atrofiado por el dolor de tu ausencia.

Y aún cuando ignoraras
estas letras
Inspiradas en el recuerdo
de mi boca seducida
por tus labios ¡oh! pecadores

Y si aún en la negrura de tu espacio
tus pretextos cotidianos
te impidieran:
leerme, oírme, saborearme
Y provocarme sobremanera
para terminar inundado
en los líquidos de mi propio cuerpo hambriento.

Al final;

Las letras, devorador de mis emociones,
Ya están escritas!

La pasión de mi cuerpo,
la sigo saciando en el vaso
de otros cuerpos!

Y el amor, amor!
Me sigue supurando!